Carabaña 1973...creo que ese fue el comienzo, toda la familia me recuerda siempre buscando bichos bola, los había de todas las clases. Siempre se escondían debajo de la hilera de piedras que delimitaban los rosales de la pared del chalet.
Chalet de Carabaña |
Mi oficio consistía en, salir todas las mañanas e ir levantando una a una esas piedras tan bien colocadas e ir cogiendo los bichos bola que encontraba, y una vez que se convertían en bola los dejaba en el suelo. A su vez el oficio de mi tío y mi abuela era, todas las mañanas, colocar las piedras en su sitio formando la hilera inicial.
Después otro suceso importante fue Seseña 1974, con tres añitos me encontré una golondrina muerta en el campo y la recogí. Me dio tanta pena que no la solté ni ese día, ni al siguiente, ni al siguiente....mi madre dice que estuve por lo menos tres días con ella en los brazos, solo la dejaba a un lado para comer, y si me la intentaban quitar lloraba tanto que acto seguido me la devolvían.
Que aguante tuvo mi madre entonces porque..¡a saber como olería eso después de tantos días!.
A partir de ahí siempre me han sucedido cosas asombrosas con los animales.
Estaba claro que mi vocación era estudiar veterinaria, pero la nota de Selectividad no dio para tanto y acabé siendo geóloga. Una carrera también perfecta para mí, porque me pasé todo el día en el campo, en sitios recónditos en plena naturaleza, disfrutando del paisaje, observando animales...y cómo no ¡dándole la vuelta a las piedras!...pero esta vez para buscar a los tatarabuelos de los bichos bola de Carabaña.
En la carrera conocí a Serafín, tan apasionado como yo de la naturaleza, y juntos dejamos la gran ciudad para vivir en un pueblo.
Dedicamos nuestro tiempo libre a hacer "rutas con encanto"...
Petra |
...montar en bici, hacer senderismo, avistar pájaros, visitar pueblos recónditos, puntos de interés geológico, etc. Queremos compartir con vosotros todos éstos lugares que creemos merece la pena visitar, y por supuesto contaros todas nuestras anécdotas del mundo animal.
Bienvenid@s!
EL
Mi vida transcurrió sin apenas contacto con la vida animal haste que conocí a Carmen y su querido perro Moffy. ¿Os podéis imaginar? ¿quién le puede poner un nombre así a un animal? pues eso pensé yo. Aunque...¡qué voy a decir yo, si mis padres me pusieron Serafín!. aaaaanda queee...
Moffy con 3 meses |
Moffy era un Cocker Spaniel de color canela cuyo instinto de protección le llevaba a morderme a la primera de cambio. Puedo decir que él y yo no comenzamos con buen pié y, si soy sincero, no le guardo rencor, ¿quién era yo para robarle tiempo con su querida Carmen?. Al final y después de algún que otro encontronazo nos hicimos amigos.
Te mando recuerdos donde quieras que estés Moffy.
Moffy en Navidad |
Este blog está pensado para contar nuestras anécdotas dentro del mundo animal y la naturaleza, queremos mostrar lugares que hemos visto personalmente y que merecen la pena ser visitados, donde podéis llevar a la familia de excursión.
A parte de los centros comerciales existe un mundo ahí fuera, que no está excesivamente lejos, donde los niños pueden correr, saltar, gritar (bueno esto no, que los animales no tienen por qué pagar el pato), y poder disfrutar del entorno natural, en definitiva queremos animaros a que salgáis de la urbe y que respiréis aire fresco. Es bueno, bonito y barato.
Carmen y yo agradecemos a tod@s el habernos animado a realizar este blog, estamos disfrutando de lo lindo.
Espero que disfrutéis del blog tanto como nosotros en hacerlo.