No hay fuentes (llevar suficiente agua) ni áreas recreativas así es que para comer recomendamos tomar un bocata en la orilla del embalse de Beleña, junto a la ermita, y con un poco de suerte entre bocado y bocado podremos ver como un cormorán se zambulle para capturar peces.
Es una ruta dedicada a aquellos a quienes les guste la paz y la naturaleza porque es un lugar en el que la sensación de soledad es muy intensa, rota en algún instante por motoristas de cross desalmados que hacen de estos espacios su lugar de recreo sin respetar el entorno.
A punto estuvimos de ser atropellados por una manada de estos cenutrios, lástima que el guarda forestal no estuviese cerca...son como la policía: nunca están cuando se les necesita.
La ruta comienza en el pueblo de Muriel (Guadalajara). Podemos entrar con el coche por la calle principal del pueblo hasta el final y aparcarlo al lado de la cancha de fútbol. Desde ahí parte nuestra ruta, por un camino que sale hacia el Oeste y que describe una amplia curva hacia el sur.
La ruta transcurre principalmente por un bosque de pinos de gran belleza en el que, con un poco de intención y paciencia, podemos ver los animales que lo habitan: ardillas, corzos, jabalíes, perdices, liebres, pico picapinos, aves rapaces, somormujos...etc.
Se recomienda llevar prismáticos puesto que la posibilidad de ver animales es alta y sobre todo si no se hace mucho ruido.
Perdiz junto al camino |
Sapos junto a un arroyo |
Las primeras vistas del embalse de Beleña |
Pensaría: "no te muevas o eres ardilla muerta" el caso es que ni pestañeó mientras la mirábamos. Sorprendente.
Ardilla en pleno festín. |
Cono macho de pino en pleno desarrollo. |
Una pareja de Somormujos Lavanco. |
Ermita de Peñamira |
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